martes, 5 de octubre de 2010

Educar mujeres

Mucho se ha dicho y mucho se ha escrito sobre cómo educar a las mujeres a lo largo de los siglos. Y los avances han sido innegables, sobre todo si tenemos en cuenta que - hasta hace solamente unos pocos años- las mujeres ni siquiera se merecían saber leer. Pero acá no voy a hablar sobre eso. Por mí, que las mujeres lean a Bucay o a Sartre si les gusta, que estudien física cuántica, macramé o hagan un master en Negocios Internacionales, porque lamentablemente ninguna de esas aptitudes le va a asegurar el éxito en la vida. No señora. Así que si usted es profesional o tiene una personalidad proactiva e independiente, o si sacó el registro a los 18 años y ni bien pudo se compró un auto para no andar mendigándole nada a nadie, no lea este post. Menos que menos si en el reparto de maridos le tocó uno que le hace asco a la parrilla y no tuvo mejor idea que aprender a prender el fuego usted sola. Ni tampoco si es de las que se levanta de noche para atender a sus hijos mientras su marido ronca a pata suelta. Hágame caso, no lo lea. Le voy a amargar la existencia. Se va a enojar conmigo, yo sé lo que le digo.
Salvo que usted encuadre en alguno de estos estereotipos pero tenga hijas mujeres. Ahí sí, siga leyendo. Por más que usted se indigne, en el mediano / largo plazo le va a hacer un favor a sus hijas. Si lo que digo la indigna demasiado no se los diga tan abiertamente, plantéele los dos escenarios. Dígale: hija, la cosa es así. Vos después hacé lo que quieras, pero sabelo". Aunque hoy esas niñas tengan 3 años y estén disfrazadas de princesa. Déjelas. No les enseñe a hacer nada. Aunque hoy sienta vergüenza de género, hágalo por sus hijas. La mujer no necesita saber cocinar. Si aprende tendrá siempre la casa invadida por parientes que aplastarán el culo en las sillas durante 7 horas y ni siquiera levantarán un vaso. Que no aprendan a manejar tampoco. Siempre es mejor depender de alguien que las lleve. Ni se le ocurra mostrarles lo que es una escoba, o para qué sirve una plancha. Que no hagan deportes tampoco, para qué? Mejor ser una debilucha sin fuerzas para no tener que andar cargando las bolsas de supermercado sola. Incúlquele que es imposible hacer las cosas con una sola mano. Pero eso sí, téngalas siempre lindas, prolijas y enséñeles a sonreír. A defenderse solas no hace falta, a sonreír, así, con carita de nada. Y dígales que hay una frase que todo lo puede: Goooordiiii...me ayudaaaasss? así, con tonito cantor y la mejor cara de inocente posible. La van a pasar mejor, se lo prometo. Después no me diga que no le avisé.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Googleando googleando me vengo a enterar que lo que tengo parece que es la crisis de los cuarenta.
Con semejante golpe bajo al ego no sé como voy a seguir. Sépanlo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Anti consejos de belleza de igual a igual

Si la suerte te castigó con un vello facial digno de un travesti recién levantado y de repente te sobran unos morlacos para invertirlos en depilación laser, be aware de que los primeros días la piel va a quedar con alto chamusque. Además hay que dejar pasar un mes entre sesión y sesión y, si bien los pelos se te van a caer, siempre hay muchos que quedan y no deberás arrancarlos. Ergo, olvidate de la cera antes de tiempo: te afeitarás como si fueras tu marido.
Cuando te lavan el pelo en la peluquería usan el shampoo más ordinario del planeta. El secreto por el cual queda lindo radica en el brushing: el calor y la estirada que le pega el peinador te lo deja lisito como para publicidad de Pantene.
El esmalte que seca en 50 segundos, ese que solemos usar las que detestamos pintarnos las uñas, dura puesto a lo sumo dos días. Enseguida se empiezan a saltar los bordes. Pero nosotras, las cómodas, las que siempre tenemos ganas de pishar ni bien nos aplicamos la última capa y pertenecemos a la estirpe de las que nos suena el teléfono apenas terminamos de pintarnos, siempre tendremos el recurso de darle una pasadita por encima del esmalte viejo pensando que queda bien.
Una vez que se te cayó el culo no hay electrodo que valga. La endermologie es una porquería. A la histórica clase de Gimnasia Modeladora no hay con qué darle en cuanto a resultados.
La que es flaca es porque no come. Y no se discute.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tres días son tres días. Porque tu personalidad se desdobla, de repente no estás en jogging en tu casa porque te subiste a un avión para tener un flashback de tu vida corporativa y, por primera vez en muchos meses, no llevaste zapatillas. Ni un miserable par. Allá lo lamentaste, no nos vamos a engañar: justo el día que terminaste temprano re daba para ir un ratito al gimnasio del hotel. Pero bueno, volviendo al tema, la llama está intacta, seguís estando entrenada para llegar, en punto y de punta en blanco, a las 8:30 al lobby de un hotel, los zapatos no te duelen y le podés pegar derecho hasta la fiesta de la noche sin que se te note el cansancio. Tampoco se te fue el gustito por dormir sola, qué tanto...ese nunca lo vas a perder. Ni en tus mejores épocas de recién casada le hiciste asco a la cama King para vos sola, ni a la exclusividad del baño ni a la supremacía sobre el control remoto. Ni que hablar de la falta de ronquidos nocturnos, o a saber que nadie va a gritar "mamá" de madrugada por un tiempo. Tampoco perdiste la adrenalina que sentías al poner la tarjeta en la puerta para descubrir como será la habitación donde pasarás tus próximas noches. Igual se duerme raro porque hay ruidos nuevos a los que hay que acostumbrar el oído. Pero quién te quita lo bailado...tres días sin juntar ni una toalla del piso, sin lavar los platos, sin discutir con nadie, sin levantarte 6:30, sin cocinar, sin hacer las camas, sin pelear con ningún niño. Y sin usar zapatillas.

martes, 31 de agosto de 2010

Santa Rosa de Lima

Estaba cocinando y el Ipod le regaló el playlist aleatorio más lindo que alguna vez hubiese podido armar sin ayuda. Su hijo jugaba solo y por un largo rato no le pidió nada. Terminaba un día despejado y ventoso, de esos que te hacen tener el pelo lindo, entonces pensó que no va a llover. Increíblemente, quince horas después, el aire empezó a cargarse, el cielo se puso negro y algún refucilo perdido avisó que quizás en breve se vendría el mundo abajo.
Y ahora llueve, se puso oscuro como si fueran las siete siendo las once y media y después volvió a aclarar. Y trabajando desde casa se puede tener el beneficio de dejarse puestas las mismas calzas con las que se fue al gimnasio a las 8 y media "total me baño a la noche" para aplastar el laborioso traste en una silla frente a la notebook estratégicamente ubicada en la cocina y, entre llamado y llamado, entre mail y mail, poner un total de cuatro lavarropas, batir récords en litros de mate, hacer comida para mediodía y noche - tratando de calcular de más así sobra un poco para mañana - leer de ojito un libro online, y tratar de acordarse de poner pausa cada tanto porque queda poco serio atender el teléfono con ciertas canciones de fondo. Ni con el centrifugado.

viernes, 13 de agosto de 2010

Esta mañana Carrie Bradshaw del subdesarrollo se levantó a las siete, no se peinó, se lavó los dientes, se puso un jogging y empezó, ante la plena indiferencia del marido, a luchar para que el hijo se levante. Bajó a la cocina, puso el agua para el mate (en la hornalla, porque la pava eléctrica gotea y a raíz de esto Carrie contrajo un repentino miedo a la electrocución) subió otra vez, siguió llamando al hijo, lo vistió semidormido, le pidió unas 22 veces que hiciera pis, lo obligó a tomar un Actimel, le puso la campera y lo llevó al colegio. Volvió, se hizo el mate, dos tostadas, puso la radio, desayunó, vio salir al marido que le dijo "chau", subió otra vez la escalera, hizo las camas, levantó toallas tiradas, acomodó un poco y dijo "me voy a vestir". En vez de subirse a unos Manolos se calzó unas botas de la temporada 2008, y como en Argentina Vera Wang no existe se puso un sweater negro y un pantalón de outlet. Se maquilló un poco (lo lógico para las 9 AM), se acomodó el flequillo recién recortado que como todas sabemos tarda unos días en establecerse, agarró un abrigo y se subió a su poco glamoroso automóvil, se cagó de frío y volvió a la casa a buscar una bufanda. Llegó al microcentro, fue testigo involuntario de un pibe chorro intentando tirarse del techo de un edificio en pleno pasaje Carabelas, tuvo práctica de cabina, caminó ocho cuadras hasta una reunión de trabajo, salió, fue al Banelco, pasó por Farmacity y mientras iba rumbo al estacionamiento se metió en un quiosco para aprovisionarse. Porque así como en Sex&the City van por la calle comiendo cupcakes de Magnolia Bakery con el vaso de Starbucks en la otra mano, Carrie sudaca no quiso ser menos y se compró un Nescafé, un sandwich de triángulo y un huevo Kinder para el niño, y ahí sí, mientras el viento del Obelisco le pegaba de frente, cruzó la 9 de Julio con su bolsita de homeless, dándole sorbos al café y sintiéndose en la gloria.

domingo, 1 de agosto de 2010

Antes dormía como un ladrillo, profundo, inmóvil y de corrido. Ahora me despierto de nada y me desvelo fácil, me muevo todo el tiempo y sueño cosas raras. Se me tapa la nariz de madrugada y no puedo soportar no tener a mano las gotitas: necesito estirar el brazo y saber que están ahí, en el cajón, y encontrarlas sin prender la luz. No sabés el ruido que hago cuando me las pongo. Me gusta acostarme feeling drowsy y a veces tomo alguna cosita para provocar la sensación. Si no me lavo el pelo cada 24 horas exactas me siento fea. Me gusta bañarme de noche, no puedo meterme en la cama con toda la carga del día. No soporto que coman en mi cama (por más que sea suya también) ni que osen apoyar zapatos sobre ella. Menos que menos que se acuesten vestidos y se tapen. La cama King te aleja de tu pareja. La convivencia es pesada y es mágica, mirá vos, que no vivís conmigo. No tenés forma de saber tantas cosas sobre mí. Si me ves a la mañana, en pijama, con el buzo turquesa y los guantes de goma sencillamente te morís (de la risa o del susto). Si la tele sintonizara solo TCM podría soportarlo tranquilamente. En casa si estoy sola siempre hay música. Ah y en el auto también, encima canto mucho, pero cuando llevo gente me da cosa que piensen que estoy loca, aunque los que miran desde afuera no me importan, que se curtan, a mí me hace bien cantar. Y a veces pienso, me llueven ideas y cosas mientras manejo. O mientras me ducho. Y a veces me olvido. Y capaz que estaban buenas las cosas que pensé. Eso me da como bronca, si tuviera un grabador las grabaría. Soy madre culposa aunque no parezca. Hija culposa un poco, cada vez menos. Esposa culposa no, por motivos que no vienen al caso explicar ante tanta gente. A veces tengo miedo de terminar como Nurse Jackie. Nunca te lo dije?

jueves, 29 de julio de 2010

Cuando nuestros mundos colapsan

Hoy salí comiendo una banana por la calle, por mi barrio. Y se preguntarán que hay de especial en un acto tan sencillo. Nada, pero me hizo pensar en (por paradójico que parezca) cuánto más libre se puede ser viviendo en un lugar como este. Porque a los que piensan que en los countries las minas somos una manga de mojigatas les cuento: si hubiese hecho esto en mi casa de antes lo mínimo que me habrían gritado desde arriba un mionca es:
Por qué no te comés essstaaa!

Así que ya saben. Acá adentro somos todas unas transgresoras de la puta madre que los parió.

viernes, 23 de julio de 2010

Llamado a la solidaridad

Me da como vergüenza pedir esto, pero sabrán que hace un par de meses me publicaron en Oblogo. Resulta que está el premio Oblogo Hipotecario, y mataría que los que hace tiempo me vienen leyendo me voten. Y los nuevos también, que tanto. Además el premio es un dinero que me viene más que bien, vieron que hace un año y medio los ingresos de esta casa mermaron (gracias a eso tengo nuevo material para publicar en este blog, mis aventuras como ama de casa, así que no sean ingratos che) y además parece que acaba de cagar fuego -salvando el contrasentido- la calefacción de mi casa, afuera hay 3.5°, los braseros me dan miedo...en fin, voten loco.
Sepan que los quiero, que les agradezco el apoyo de tanto tiempo para que al fin pueda despuntar el vicio reprimido de la escritura y el haberme dicho tantas cosas (buenas y malas también) que me dieron confianza para seguir. Pido perdón por la falta de ideas y la baja frecuencia de posteos, pero sepan también que ya pasará.
Abrazos mil. Eu.

Premio Oblogo Hipotecario

miércoles, 7 de julio de 2010

Reflexiones incorrectas sobre la maternidad, la femineidad y el matrimonio.

Nota: No tienen sustento científico. Están basadas en la mera observación, experiencias propias y estudios de campo poco relevantes.

A veces hay momentos o días en los cuales mirás a tus hijos y -no importa lo deseados, buscados y añorados que hayan sido- pensás: por qué hice esto? Si yo estaba tan bien cuando no lo tenía...

Los bebes que toman la teta son excesivamente demandantes. No duermen los suficiente, lloran por demás y no quieren estar con otras personas que no sea la madre. Pero la mayoría de las mujeres amamanta porque (además de engordar al bebé) les infla el ego. Si no fuera por la herida narcisista que provoca dejar la lactancia exclusiva sin otro motivo que la propia comodidad sus mamás dejarían un stock de Sancor BB, un par de mamaderas y se borrarían de la casa una tarde entera. Sin embargo, hay algunas mujeres que ven esto con claridad, lo superan y lo hacen sin culpas.

A pesar de nuestras ganas de regalarlos, a las mujeres se nos estruja el corazón de solo pensar qué pasaría si nuestros hijos desaparecieran de nuestro universo. Sin embargo, esto no aplica al marido, el cual en nuestras fantasías más privadas inventamos que se esfuma para imaginarnos a nosotras mismas viviendo de lo más felices una (idealizada) vida de solteras.

La casa, sus límites y su cotidianeidad es nuestra. Y de aquellas personas que comparten con nosotras más del 50% del día (es decir, de las 14 horas que estamos despiertas nos acompañan un mínimo de 7). Los que no entran en esta categoría ocupan lugar.

Que la mujer de country coge mucho con el piletero, el jardinero, el personal trainer y el profesor de tenis es un triste y misógino mito urbano. A ninguna fémina sin ingresos propios se le ocurriría arriesgar el standard de vida encamándose con un pelagatos. Las que son conscientes de este riesgo se dedican a sí mismas y a mantener el físico y la belleza porque si al marido le pinta engancharse una pendeja se pegan un tiro ahí abajo.

Todas las mujeres añoramos no trabajar. Si lo hacemos es (descontando la necesidad económica, por supuesto) para no aguantarnos la mirada y la crítica de los otros que te creen una pobre boluda ama de casa. En determinado punto de la vida la realización personal que te da una carrera profesional te la pasás por sabés dónde.

miércoles, 16 de junio de 2010

Cosas que te pasan cuando tenés auto

Se romperá la calefacción: En lugar de no prender, no se apagará nunca más. Seguirá emanando del tablero un calor intenso, sofocante, adormecedor y menopáusico, y allá irás, en tu pequeño sauna rodante, hasta que encuentres un bache de un día entero para no usarlo y dejarlo en el taller. Te consolarás pensando que "menos mal que arreglé la ventanilla" y te refrescarás bajando el vidrio cuando afuera hacen 2°C. Y agradecerás al cielo por los favores que te hace: peor hubiese sido que esto mismo te pase en Navidad.

Pincharás una goma, y al intentar cambiarla descubrirás que te afanaron el auxilio quien sábe cuándo y dónde: Esto ocurrirá preferentemente en el culo del mundo, donde no hay remises ni transporte público y con un bebé de 12 kilos que todavía no camina como único acompañante. La buena es que en el baúl te olvidaste el cochecito, entoncés dejarás el auto como está, subirás el chico y volverás caminando unas 30 o 40 cuadras hasta tu casa.

Si sos mujer, casada, y tu marido tiene otro auto, el tuyo siempre será el peor: Porque convengamos que nadie que use el auto para ir al supermercado necesita un baúl grande teniendo libres dos asientos más donde amuchar las bolsas. Tampoco hace falta que los ocupantes de las plazas traseras tengan una puerta para subir y bajar cómodamente, si son niños? se supone que tienen la agilidad suficiente para entrar por cualquier parte, además, mejor, así no la andan abriendo al pedo. Menos que menos necesitás ABS. O Airbag. A ver si encima tenés un accidente y sobrevivís? Eso no se hace, che. Mujeres sobran. Es más, sueltas debe haber tantas más fáciles que vos! No nos vamos a andar arriesgando, hagamos más corto el camino.

Te chocarán, y cuando tu pareja vea el auto te insultará (porque seguro venías pelotudeando)

Te robarán y la culpa será tuya. Quién te mandó meterte ahí?

Dormirá afuera y jamás estará limpio. A ver si lo guardás usurpando el lugar de la Sagrada Nave, y justo a San Pedro se le ocurre hacer llover? Que se moje el tuyo, querida. Es más, si caen piedras mejor, porque siempre tendrás un marido considerado que te lo estacione bajo un árbol para resguardarlo de la tormenta. Si este fuera el caso, solo rezarás para que el viento no sea lo suficientemente fuerte como para que lo aplaste una rama.

Cuando sea el único que funciona en la casa, tu marido se lo llevará. Porque los lugares donde vos vas no son importantes. Además, es lo mejor para todos: quedarse en casa es gratis. Total, si viene alguien a cobrar no le abrís y listo. Cómo se le ocurre a la gente tocar timbre para pedir plata? Hábrase visto!

No arrancará, generalmente a la mañana y lo más temprano posible, obligándote a llamar al auxilio quien- para no darte demasiadas precisiones horarias- te hará quedarte en tu casa inmóvil "entre las 8 y las 14 calculelé señora".

Pero, honestamente: alguna vez pensaste que harías sin él?

sábado, 22 de mayo de 2010

El día en que me hice un incunable


Rapidito y sin anestesia: en nuestra más temprana adolescencia, unas amigas y yo nos hicimos del fans club de Zas.
Descubrimos a Miguel Mateos abrojándonos a las hermanas mayores. Yo no tenía, pero iba en carácter de amiga y testigo de actos non sanctos que nos servían como material de extorsión, onda "si no nos llevás yo le cuento a papi que vos fumás". Ahí yo colaboraba mirando fijo y asintiendo con la cabeza mientras fruncía un poco los labios como desaprobando semejante transgresión, y si la cosa se complicaba reforzaba amenazando a la víctima: "bueno, entonces cuando tu papá aparezca y me vea con el pucho en la mano le voy a decir la verdad, que el cigarrillo es tuyo y que cuando lo escuchás bajar la escalera me lo das para que parezca que la que fuma soy yo". La estrategia funcionaba de maravillas, porque gracias a ella conseguíamos ir a bailar a los 14 años - maquilladas como puertas e instruidas con "vos decí que tenés 17"- a recitales increíbles de grupos grossos de los 80s y a varios lugares a los que no podríamos haber accedido jamás. Así fue como caímos en un show en Obras, mucho, pero mucho antes del boom del Luna Park. No teníamos ni la menor idea de lo que estábamos por ver. A mí me habían dicho "recital" y ni lo pensé. Nos tomamos el 15 y allá estábamos.
De más está decir que flashée. Ahora, a más de veinticinco años del hecho creo que flashée porque fue el primer show que vi en mi vida, si me hubiesen llevado a ver, no sé, Sueter, habría enloquecido también. Cuestión que además de Zas, nos encantaba el tipo (Miguel Mateos). Cosa rara, porque el sexo a esa edad para mí era una incógnita total pero, al mismo tiempo, tampoco me despertaba ninguna curiosidad. Así y todo, y desconociendo la existencia de un delito llamado corrupción de menores, creo que de tenerlo enfrente le habría dejado que me hiciera cualquier cosa.
Con mis amigas nos sorteábamos a los integrantes del grupo, y estábamos tan mal que hasta los llamábamos por teléfono. Los pobres pibes tenían cero fama y figuraban en guía, entonces te atendían normalmente, levantaban el tubo y decían "hola" como cualquier cristiano (así también hemos llamado a Fito Paéz cuando vivía con Fabi Cantilo en una casa en Belgrano R. Por supuesto que cuando atendía ella le cortábamos, como si fuéramos ex novias celosas). En nuestro afán por acercarnos a esos ídolos inalcanzables no sé como cuernos dimos un día con su club de fans. Se ve que ya en esa época era una grasada ponerse Club de Fans entonces se bautizaron CAZ (Club Amigos de Zas).
Acá es donde se me mezclan los recuerdos, o la memoria se me vuelve selectiva (si puede llamarse selectivo a poder blanquear semejante anécdota). Me acuerdo que había reuniones, que la presidenta se llamaba Paola y nos despertaba una terrible envidia saber que tenía contacto directo con los mismísimos integrantes de Zas. Que un día trajeron a un ladri que decía ser el representante del grupo y nos contó que estaba en gestiones para que tocaran en el Colón (no te dio vergüenza semejante mentira? y más sabiendo que todos te creímos?). Y que un día llegó el día más soñado: un sábado enterito, asado de por medio, con Miguel Mateos y todas su troupe. Había que ir hasta Villa Pueyrredón, que desde nuestras casas era más o menos una vida. Mi papá nos llevó a la estación de Ballester y nos tomamos el tren, no sé quien carajo nos esperaba no sé donde y nos hizo de salvoconducto para entrar (creo que era un club). Y ahí estaban, al alcance de nuestras manos, los ídolos de nuestra adolescencia. La gran decepción fue saber que Mateos que no iba a venir, y que en su representación nos mandó al hermano (que tocaba la batería).
Si me preguntan que hicimos todo el día....no me acuerdo. Sé que en un momento sortearon el single de Perdiendo el Control, en inglés y en castellano (para escuchar uno de los lados había que poner la púa al revés, como los discos endemoniados) y quién se lo ganó? MAMITA. Y lo hice autografiar por todos los presentes, y así, en el mismo tren en el que habíamos llegado, nos volvimos las cuatro con el disco abajo el brazo. Nunca más volvimos a pisar el CAZ.

Y buscando info para ilustrar el post, googleando vi que la revistita que pegué más arriba está publicada en Mercado Libre a sesenta pesos. Cuánto costará mi reliquia?

jueves, 20 de mayo de 2010

Los hijos y el egoísmo

Etapas evolutivas del ser humano le dicen. Y si hablamos de niños, sobre todo si tienen 3 años, parece que es lógico que el resto de la humanidad les chupe un huevo: los psicólogos dicen que están en la "etapa del egocentrismo" (o algo así). Pero la cuestión es que, siendo padre o madre, llega un día de esos en que estás bien pero bien inflado -suele pasar de noche cuando necesitás que el día se termine y ellos no se dan por enterados. Entonces empezás a enumerar la cantidad de cosas que hiciste por ese pequeño tirano y las comparás con lo que él hizo para que tu tarea de maternar fuera aunque sea un poquito más fácil....y descubrís que el tipo no hizo nada. Primero te da bronca. Entonces le empezás a recriminar un montón de cosas, por lo general de mal modo e incluyendo expresiones tipo "puede ser que siempre te portes como el orto?" y frases así...hasta que te da culpa. Porque el chico no tiene por qué hacerse cargo de eso. Y te sentís una basura porque se te salió la cadena, y no sabés como remarla para que levantar la situación. Pero saben qué? es al pedo. Porque ellos no tienen culpa. Simplemente no les entran balas. No desarrollan empatía.
La semana pasada mi hijo se enfermó, un martes, 24 horas antes de que yo rindiera 4 exámenes de una carrera nueva que acabo de empezar. Lo retiré del jardín y me dediqué a mi principal resposabilidad: cuidarlo. A la noche la cosa fue empeorando, salimos de raje a la guardia y le dieron el alta recién a las 2 de la mañana, entonces fuimos a casa, me acosté y a las 4 horas me levanté. Por suerte al otro día, a la tarde, empezó a mejorar a pasos agigantados y para las 3 de la tarde ya era el mismo rompebolas de siempre. Por ende, no pude acostarme a recuperar por lo menos una o dos de las horas de sueño que perdí la noche anterior. En realidad miento, me acosté, lo acosté al lado mío y le prendí la tele, pero lo único que pude hacer fue escuchar el "cambiá mamá que Chica Supersabia es de nena" "uy mirá Sportacus como salta" "no escucho!! poné mas volumen!" "terminó, viste? por qué las herramientas de Manny hablan?" . Al día siguiente no fue al jardín, pero igual me levanté a la hora que él quiso, o sea al alba. No fui a mi clase de gimnasia para quedarme con él. Lo llevé a WalMart y accedí a comprar una remera de Rayo Mc Queen tres talles mas grande porque "me gusta esa mamá, esa, la otra no, me queda linda, ves?", tres jugos de distintos sabores porque no sabía con qué color quedarse, dos yogures de Ben 10 y unos fideos de dinosaurios que al final me terminé comiendo yo. Lo dejé que no durmiera la siesta, me fumé Cars, Super Espia Internacional, Agente Oso y Mecanimales sin chistar. Le hice la torta para sortear en su family day, lo llevé a la plaza, volvió todo mugriento y se baño cuando quiso. Lo dejé comer galletitas de chocolate a pesar de que solo 48 horas antes había vomitado de tal manera que casi se deshidrata.
A cambio de esto solamente le pedí tres cosas: que se quedara UN POCO quieto, que hiciera UN POCO de caso, y que se callara UN POCO. Pero un poco nada más, porque es lógico que siendo un chico no quieras parar en todo el día. Era mucho pedir? Se ve que sí, porque no se inmutó el muchacho: mientras yo me trataba de parar la sangre que me salía del dedo (me lo agarré con una puerta de chapa) él venía con la afeitadora del padre diciendo "tengo barba, mirá, me voy a afeitar" y se la pasaba por la cara. Mientras yo pelaba manzanas para la torta de mierda esa él apilaba sillas para subirse encima y alcanzar "eso, ese dibujo, ves?". Mientras yo hablaba por teléfono él se acostaba en un cantero lleno de barro. Mientras yo pasaba las compras del super por la registradora él se subía a los caños que dividen la línea de cajas y se tiraba de cabeza al chango. Mientras se bañaba y cantaba volcaba el segundo frasco de shampoo por la rejilla para ver "cuánta espuma ves, un montón de espuma hace mamá" Ahí me pudrí y le dije "bueno, me debés quince pesos, ahora voy a ir a tu alcancía y te los voy a sacar porque con eso voy a comprar dos shampoos" (tanto recorrer carrefoures por la oferta de lleva 2 / 70% descuento en la 2° unidad para esto man) y "ya hoy me tenés repodrida, me rompiste las pelotas todo el día, no puede ser, te portaste para la remierda" y demás improperios que no se dicen, especialmente si incluyen lenguaje inapropiado que es preferible que el niño no repita. Y ya no me sentí más culpable. Porque son así. Son jodidos los locos. Saben por qué? porque estos pendejos que hoy te hacen sentir una basura humana porque osaste retarlos son los que dentro de 30 años te internan en un geriátrico. O te liquidan la sucesión rápido para hacer guita tu casa ni bien te dejan en la Chacarita.
Así que ya saben. Después no vengan con que yo no se los dije.

lunes, 10 de mayo de 2010

Autobombo


Uno de mis humildes escritos (uno por el que no daba ni dos mangos encima) fue publicado en la Oblogo nro 34.
Qué tul?
Y estoy en la tapa y todo.

jueves, 29 de abril de 2010

Dos update dos

1) Bonus Track del post de amores retro:
Cary Grant
Lo iba a incluir en el original porque amé a Nicky Ferrante desde que lo vi en el barco, y ni hablar cuando bajan (era en Italia o en Francia?) y lleva a Deborah Kerr a conocer a su abuelita. Quedó afuera de la lista por poco, pero haber protagonizado Intriga Internacional lo habilita a ingresar en el ranking y a escalar posiciones quedando incluso por encima del mismísimo Julio, quien está siendo inmediatamente destronado por Roger Thornhill.
Me moría si te acribillaba el avión fumigador. Sabelo. Y cuando te me ensuciaste el traje haciendo cuerpo a tierra para esquivar las balas te lo hubiese planchado yo solita (mirá lo que te digo eh? Eso sí que no lo hago por nadie)

2) Como las anécdotas infantiles siempre garpan tengo una. Mi hijo (3 años) decidió desplegar, todo junto y a horas insólitas, el repertorio de canciones que le enseñan en su coqueto jardín bilingüe. Pero resulta que parece Roberto Quenedi, entonces en un momento, en el medio de los Five little monkeys jumping on the bed (que son cinco monos que por saltar en la cama se caen de cabeza y se van haciendo mierda de un golpe, entonces la cantidad de monos baja gradualmente y la canción termina cuando queda uno solo) le digo "escuchame, pero no se entiende nada lo que estás cantando. Qué dice?" "Ah mamá, vos no entendés nada porque es en inglés".

martes, 27 de abril de 2010

Top Five de electrodomésticos low profile que si te fallan te cagan el día

1) El microondas: Artefacto promocionado como la panacea culinaria para el ama de casa de los 90s (porque en los ochenta solo los millonarios tenían uno), pero que, en el fondo, solo sirve para dos cosas: descongelar y calentar (ah y derretir la cera para depilarse el bozo). El mío acaba de cagar fuego después de solamente dos años de servicio. Nunca más decidiré a último momento que vamos a comer mientras estudio el contenido del freezer. Siendo 27 y faltando unos días para que el asalariado de la casa cobre el sueldo, volveremos a comer fideos sobrados recalentados en la hornalla con su consecuente gusto a quemado, milanesas petrificadas después de una noche en la heladera y tarta más fría que los seis grados que hacía esta mañana a las 7 y media.
2) La pava eléctrica: Adelanto tecnológico que te permite preparar un mate en menos de un minuto. O poner agua a hervir, irte a la mierda y olvidarte de apagarla sin riesgos de provocar un incendio en tu casa. Si no la tenés, otra vez tendrás que plantificarte al lado de la hornalla durante los eternos minutos que tarda la pava común en hacer ruido y levantar la tapa a cada rato calcinándote los dedos (porque nunca encontrás la agarradera) o hacerte una limpieza de cutis involuntaria con el vapor que le sale por arriba.
3) El secador de pelo: Dios no lo permita. Me toco la izquierda. Hay pocas cosas más (cómo decirlo sin que nadie se ofenda...bue, a la que se de por aludida le pido perdón de antemano) berretas que las mujeres que salen a la calle con el pelo mojado en pleno invierno. Tampoco da irse a dormir con el pelo mojado. Señoras, el pelo se lava, se SECA, y dependiendo del corte y estilo de cada una se alisa con cepillo o simplemente se sopla. Hay dos excepciones donde sí o sí hay que dejarlo secar al natural:la playa y la pileta.
4) El inalámbrico: Cuando se corta la luz no queda otra que quedar incomunicado, darle duro al celular o pelar el grisesito que dice Telecom, ese que le diste al nene para jugar pero que antes le sacaste el cable para que no se ahorque. Cuando finalmente lo convencés de que te lo dé tenés que rogarle que se deje de hinchar las pelotas y que lo cuelgue porque "va a llamar alguien y va a dar ocupado entendisteeee?????"
5) La tostadora: Que feo es desayunar sin tostadas. Salvo que tengas medialunas, pero tienen que ser frescas, o en su defecto estar freezadas, pero como no tenés microondas tampoco las podés comer porque son un garrote de hielo. Buuuu....

domingo, 7 de marzo de 2010

Top 5 de amores inconfesables (retro)

1) Sylvester Stallone
Rocky Balboa: No me importa que sea medio pelotudo y que el padre le haya dicho que tenía que hacerse boxeador porque no le daba el coco. El semental italiano es puro corazón, nobleza, garra y fuerza de voluntad. Anoche lo vi, en TCM pobrecito, poniéndose el despertador a las 4 AM para salir a correr con sus zapatillitas de mierda y su jogineta crota. Una ternurita.
Ahora que Adrian se murió casate conmigo. Ah, venite en musculosa.

2) Clark Gable
Rhett Butler: Es cínico, putañero y borracho. No me importa. Mientras Scarlett se entretiene persiguiendo al insulso de Ashey Wilkes yo se lo cuido. Pero que después no venga con el equino exhausto porque el mamerto sigue sin darle bola aún después de enviudar. Tarde, querida, dormiste. Ahí lo tenés a tu rubio desteñido, lloriqueando "Melanie, mi Melanie". Frankly my dear I don't give a damn. Rhett es mío.

3) Mr Darcy
El de Pride and Prejudice, no el naipe de Bridget Jones (aunqu el actor sin producir sea horrible, vestido de época garpa): que venga a buscarme mientras amanece, con la camisita abierta por el medio del campo. Keira Knightley es divina, pero está mal vestida y anda toda la película despeinada. Dejala ya y vámonos a Pemberley los dos solos.

4) John Travolta
Tony Manero: Es corto, se gasta la guita en joda y tiene una familia insoportable. Pero bueno, defectos tenemos todos. Ponete el traje blanco y gastemos la pista juntos. Yo bailo como el orto pero el falsete de los Bee Gees te lo saco. Y cómo.

5) Julio Iglesias
No entiendo como la Susi no lo besó en el living del programa. Aunque ahora tenga mil años y sea casi de cera. Enrique no existís, dejame que te lo diga. Tu papá es TODO. Yo me crié en los setentas con "Pregúntale" de fondo, así que haceme el favor, andá al garage a buscar el magazine que te canto Hey de punta a punta.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Rumba, mueve tu rumba sí

Mas o menos hubo unos quince o veinte minutos de silencio. Como lo había dejado abajo solo con un par de hojas y una birome cada tanto le preguntaba "no estás escribiendo el sillón, no?" "no" me contestaba. "No estás escribiendo la mesa, no?" "no" insistía.

Al rato me llama:

-Vení mamá, mirá lo que estoy dibujando! Dale mamá, mirá, hice la A. Vení a ver!

Bajo y lo encuentro con una A casi perfecta en el papel y los brazos todos escritos del codo para abajo como si se hubiera tatuado un tribal.

- Que linda!! está buenísima, te felicito!- le digo, poniéndole onda. Y enseguida, un poco más seria, le pregunto:

- Y ahí, que te pasó que te escribiste todo?
- Ah, sí. Me escribí así porque ahora estoy igual al nene de la tele, ese del brazo pintado.

Saben quién es el nene del brazo pintado?

Sí. El mismísimo Ricardo Fort.

jueves, 18 de febrero de 2010

Wadu Wadu

Hoy es sábado a la noche y no te paso a buscar. Voy a terminar un post que empecé hace como tres días. A fines de enero hizo un año que no trabajo más. Mucha gente me decía que estaba loca, que se me iba a atrofiar la cabeza, que qué pensaba hacer en todo el día, que me iba a embolar, que iba a extrañar. Que era una pelotuda. Que ya me iba a arrepentir. Que me busque una actividad. Que "algo de pocas horas". Que si pensaba seguir de vacaciones.

Ninguna de estas cosas pasó. Hay muchas personas que piensan que si no tenés actividad remunerada sos poco más que una mamerta, pero lamento informarles que en mi caso no fue así, no me convertí en una persona menos interesante o menos pensante porque dejé de ser empleada. Sí reconozco que al bajar el nivel de actividad tus decibeles avanzan a otro ritmo, y capaz estoy más reposada, más callada, pero también más reflexiva. Y con una claridad nueva que hace un tiempo no tenía. Y una seguridad que a veces me asusta. Y tengo una responsabilidad enorme que no quiero delegar. Quizás tenga que ver con algunos aspectos de mi historia personal, pero en cuestiones de crianza prefiero estar lo más conectada posible. Podría interpretarse como que soy una madre obsesiva que no deja al hijo ni a sol ni a sombra, pero quizás los que me conocen en persona sabrán opinar un poco mejor. No quiero estarle encima todo el día. Trabajo para que él tenga sus espacios. Pero no me gusta que esté solo.

No me aburro. Mejor dicho, me aburro muchísimo menos de lo que me aburría en mi ex trabajo. Retomé algunos deportes que tenía abandonados, tengo vida social en el lugar donde vivo, conocí gente divertida y con la que la paso bien. Y además me gusta estar en casa, así que no me quejo. Tengo a mis padres cerca y puedo disfrutar de ellos cuando quiero.

Cuando me preguntan si extraño, la primera respuesta es un no rotundo. Hoy no te cambio esta vida por la anterior (más adelante no sé, no escupo para arriba). Pero hay cosas que sí extraño. Ojo, también influye que la empresa en la que trabajé no existe más. A lo poco que quedaba de ella la terminó de absorber otra ocho meses después de que yo me fui. A veces, cuando me embronco con algunas personas, pienso que si hubiese aguantado un poquito más algunos arreglos podrían haber sido mejores. Pero también pienso en lo terrible que debe haber sido quedarse hasta el último día a levantar todo. Los que estaban me contaron que lloraron como chicos. Fue muy triste. Pero, paradójicamente, también es aliviador saber que las situaciones que sé que extraño no van a volver a ocurrir, esté o no esté. No me estoy perdiendo de nada.

Les voy a contar lo que extraño, y -por primera vez en la vida de mis blogs que ya llevan casi 5 años- voy a dar nombres, porque ojalá me lean y se enteren de cuánto los quiero. Y cuánto me gustó estar con ellos esos ocho años, que fue la cantidad de tiempo más larga que pasé en una misma empresa. Con ellos y con los que no nombro porque serían muchos y este post está escrito en dos tandas porque cuando lo empecé me terminé lagrimeando y no daba. Si me reconocen espero no sean tan giles de dejar un comentario con mi nombre y apellido, eh. Mandenme un mail y preguntenme, che, así que vos sos Verte? (quedamoasí?)

Extraño las charlas con Guille, las teorías que enunciaba desde mucho antes de que existieran las máximas de un hombre cualquiera. Los mates de Claudia. Las llamadas de los vendedores del interior y llorar de la risa durante horas de cualquier pelotudez. Los almuerzos de las reuniones de venta. Los viajes de trabajo y esa sensación de andar sin marido e hijos por la vida pero sabiendo que los tenés. A Mariana cuando te atendía el teléfono y te decía (de mínima) "que querés? hablar con el forroputohijodemiputascogidoporunburropijudoargolludopajero de mi jefe?. No sabés lo que me hizo hoy....blablablablablaaa" El comedor de la oficina vieja. El parque divino que tenía. A Gastón cuando era el pendejo más pila del universo entero y no se había dejado llevar por la ambición de ser cabeza de ratón. A los chicos del estudio, los eventos y como nos divertíamos preparándolos. A Diego cuando le lavó la cabeza a las modelos con el agua de las salchichas. A Luis a veces, cuando me asaltan los recuerdos del viaje a San Pablo y lo copado que era cuando se sacaba la tensión de encima. El recibo de sueldo (o que se piensan, tan despojada no estoy).
Pero no volvería. Es un capítulo cerrado en mi vida. Una etapa que ya pasó, que tuvo muchas cosas buenas pero que mi cabeza no está hoy en sintonía para retomarla. Es, salvando las distancias, como cuando estás casada y te acordás de lo lindo que era tener el control remoto para vos sola, o como cuando tenés hijos y pensás "que bueno que era poder irme a dormir cuando quería". Estaba bueno, pero ahora que le encontré la vuelta, esto está mejor.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi farmacia amiga

En mi barrio hay una farmacia donde compro casi todo lo que consumo desde que abrió, hará unos 5 años. He comprado de todo: medicamentos para la fertilidad, heparina, gammaglobulina, miso*pros*tol, enemas, frasco estéril, gotas para la nariz, más o menos veinticinco evatest, cremas para la celulitis, aminoácidos para modelar el cuerpo, vitaminas varias, ácido fólico, aspirineta, chupetes, mamaderas, vasitos avent, factor AG, antibióticos, ventolín, aerocámara, corticoides, me di como cuatro antitetánicas, compré supositorios, dos nebulizadores a falta de uno....muchas cosas. Algunas más dignas que otras, por supuesto.
Así que, sin ser médicos, saben muchas cosas de mí: que a pesar de que tengo un hijo me cuesta un huevo tener más, que batallo contra la celulitis y la hija de puta me gana siempre, que alguna vez tuve que expulsar un embrión muerto, que no me queda otra que meterme cosas en el traste en determinadas situaciones de mi vida, que tengo embarazos psicológicos muy seguido, que soy RH negativo, que mi hijo de bebé se la pasaba con broncoespasmo, que tengo trombofilia y tomo medicación crónica, supondrán que vivo haciéndome análisis de orina y que encima meo de a medio litro por vez (en realidad los frascos son para mi marido que se hace espermogramas pobre y siempre me pide el grande porque "me raspa la punta"), que soy una boluda que cuando no me operan me vivo lastimando(ahora los cagué porque me puse la antitetánica que dura 10 años). Y que soy adicta al nariguetazo de Dazolín (o de Lidil, si está en falta).
Ahora, que habiendo tres empleadas mujeres y un solo hombre y cuando vayas a comprar un Gyno Empecid tengas que hacerte la boluda como cuando un hombre va a comprar forros para que no te atienda el tipo...es too much. Puedo aguantar que sepan cualquier cosa de mí. Cualquiera eh? Pero que me estoy muriendo de la picazón "allá abajo" es como demasiado.

domingo, 7 de febrero de 2010

Ya casi dando vuelta la esquina de las vacaciones una combinación de rutas cuidadosamente elegida para evitar el ripio nos lleva de San Martín de los Andes a Bariloche. Marido, hijo, yo y no olvidar autitos y los "amigos": Bubba, Lucas, perro, sapo y iaio. Todos desparramados en diferentes bolsos y valijas, menos iaio que a esta altura no entraba en ningún lado e hizo gran parte de los traslados a upa de su dueño. Además Iaio se lo merece porque es el más especial entre todos los amigos.
Llegamos a un Bariloche que nunca se enteró que ya arrancó el siglo XXI. El mismo pulover (porque se decía pulover) con guarda de trineos y muñecos de nieve del año del culo, los mismos hoteles que cuando fui de viaje de egresados en el 88 y un centro lleno de gente, de autos y de quilombo. Creo que hasta el San Bernardo con el que te sacaban la foto es el mismo, por Dios....a qué vienen los brasileros? en invierno te la entiendo, vienen a la nieve, pero en enero?? qué hacés acá? si querés ir al casino arrimate hasta el Conrad, ratón, que además te queda más cerca. Bueno, nada....hinchados las bolas, sería el viaje, la ruta, el cansancio, el hambre, el check in que no se podía hacer hasta las cuatro, qué hacemos? comamos. Lugar lindo (moderno, fundamental) con surtido de revistas y comida abundante. Hicimos base unas horas y partimos a instalarnos al que sería nuestro hogar por los próximos cinco días. Sí. Violando mi propia máxima que reza "no pararás en lugares cuya página web esté formada por html en más de un 70%" le pagamos por adelantado a esos hijos de un vagón lleno de putas. Llegamos y el parque era un páramo, un matorral de plantas que hace años que nadie poda, entre canteros que nadie puntea y pasto que nadie corta. El desayuno no estaba incluido y la cabaña era la poronga más atómica que vi en mi vida: una escalera ideal para que tu hijo de 3 años tiente al destino, una alfombra azul, gastada y sucia que ni bien la vi pensé no te la piso descalza ni en pedo y la cocina en una especie de subsuelo. Ah, el dormitorio principal tenía dos camitas de una plaza. La recalcada concha de tu hermana Rupu Pehuen. Hace 25 años que no le ponés un mango al complejo, dueño sorete, que ladrón que sos.
Nos peleamos a muerte con la recepcionista, la gerente y quien se nos cruzara por delante. Nos ofrecieron cambiarnos a otra cabaña donde ni siquiera andaba la luz (un "spot" ochentoso, que sumado a la pared pintada de verde esmeralda quedaba más lindo que la mierda). En llamas, exigimos que nos devuelvan la plata y lo único que logramos fue un upgrade a una cabaña más grande, en buen estado y cómoda, pero donde igual dormíamos todos juntos porque la escalera era un peligro.
A las once de la noche, después de haber vivido todo esto y de parar en la Anónima a comprar provisiones, cocinar algo, devorarlo y bañarnos los tres se ve que en un repaso mental involuntario de las cosas que traíamos me acordé: Y Iaio? Habíamos bajado las valijas del auto y no lo vi. Desarmado algunas cosas y no lo vi. Con los otros amigos no estaba, con los autos tampoco, y ahí fue cuando le pregunté a mi marido (en voz bajita para que no escuche el niño) "Y Iaio?". Puso cara de no tengo la más puta idea y me contestó: voy a ver si está en el auto. Fueron unos minutos donde recé para que vuelva con él abajo el brazo. Porque mi hijo adora a Iaio, pero ahí me di cuenta de que yo también lo quiero. Por infinitas razones que no escribo para no aburrir, pero resulta que yo lo quiero a Iaio, y me partía el alma pensar que no lo iba a ver nunca más.
No volvió. Apareció mi marido, solo y preocupado. Fui a la recepción (donde hacía solamente 3 horas los había mandado a la concha de su madre ida y vuelta y los había tratado de estafadores y truchos) a preguntarles si lo habían visto. A implorarles que me den la llave de la cabaña que habíamos rechazado diciéndoles en su propia cara este lugar es una mierda. Volví, entré y no estaba. Revisé el camino, de noche, pensando en Iaio abandonado en un yuyal, atravesado por los rosales descontrolados del complejo. Meado por algún animal. Miré abajo de todos los autos. Nada. Se nos cayó en la calle, pensé. Iaio fue. Estará destripado por las ruedas de un camión, lo habrá raptado otra familia, ojalá quien cuernos sea que lo tiene lo esté tratando bien. Lo querrán? Lo cuidarán?
Y faltaba lo peor: decirle a nuestro hijo que quizás Iaio no iba a volver. Que con mucha suerte podríamos comprar otro, pero en el fondo todos sabíamos que no iba a ser lo mismo. Que Iaio, el auténtico Iaio, era uno solo...y quien sabe quién lo tenía.
En esto pensaba cuando mi marido me dice: volvamos a ver si está donde almorzamos. Te parece? no lo tenía cuando bajamos del auto, ni en pedo está ahí. Se cayó, se perdió quien sabe donde, fue...pensemos un plan B. Pero si algo tiene de bueno mi marido es que insiste, no se rinde así nomás y por eso las cosas siempre tienen oportunidades. Ahí fuimos, medio en pijama, y preparando el terreno ante la posibilidad de que no estuviera en ninguna parte. Bajé al lugar como una tromba, pregunté si nos habíamos olvidado algo como quien busca un pariente en una lista de sobrevivientes y me mandaron a la caja. No alcancé a terminar la frase cuando el chico dijo "es este?" y sacó a Iaio de abajo del mostrador, que me miraba con sus mismos ojos asombrados como diciendo: hijos de puta no se dieron cuenta que me dejaron acá? y les juro que me emocioné. Salí corriendo con el muñeco en brazos, agitándolo como loca para que mi hijo lo viera desde el asiento de atrás del auto y con una sonrisa que, a pesar de la noche y la casi media cuadra que nos separaban, le iluminaba todos los dientes.
Y así, gracias a Iaio, desde ese preciso instante, Bariloche fue más lindo.

 

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