viernes, 27 de marzo de 2009

El agua de la pileta está verde.

Hace 4 días que sé que va a terminar verde, pero se las dejé a propósito porque hoy vienen (a cagarme guita, como todos los meses) y estoy harta de pagarles para terminar limpiando yo. Al final les saco las papas del fuego y se la llevan de arriba.
La patada en el traste que les metería! si no supiera que el que va a venir después será igual o peor, ya mismo saldría y lo mandaría a la recalcada cachufla de su madre.
Para empezar (por empezar, me río de mi misma, porque es la enésima vez que lo hago) salí por la puerta del fondo, lo encontré en la casa de al lado y le dije:
- La pileta está verde.
- Aaaaahh si, vio...recién le puse el motor para que se acomode un poco.
- No, no tenés que ponerle el motor! tenés que agarrar el limpiafondo y pasárselo, porque así le revolvés toda la mugre y va a seguir verde igual. Y sabés qué, estoy cansada de hacerles el laburo a ustedes.

Como única respuesta puso cara de nada y cuando me di vuelta me relojeó el orto.

jueves, 19 de marzo de 2009

Mi tía C. es la versión femenina del Tío Pancho, nacida 65 años antes que el personaje del finadito programa Radio Portátil, y sin marketing, por supuesto. Sobre todo porque sus métodos horrorizarían a cualquier forista de Crianza Natural. Pero su principal diferencia con el Tío Pancho es que su especialidad no es cantar -básicamente porque 50 años ininterrumpidos de pucho hicieron que su timbre de voz esté mas cerca del Coco Basile que de Barbra Streisand. Su fuerte era contarnos cuentos a nosotras (sobrinas en hija) para que durmiéramos. Inventaba historias sobre Bubito, un perro imaginario que siempre se iba al bosque y vivía aventuras increíbles. Pero las más increíbles ocurrían en esas noches en que se inflaba las bolas de contarnos que hacía Bubito porque no nos dormíamos, nos poníamos inquisidoras sobre "que le pasó a Bubito?" entonces le pasaban cosas como "Bubito perdió el culo! y duermansé y no me rompan más las pelotas!"
Entonces, con semejante herencia, cultura y crianza...que se supone que debo hacer cuando veo esto?




Escucho ofertas.

martes, 17 de marzo de 2009

Nuevos trapos

Desde que no trabajo casi que no salgo a ningún lado. Es decir, sí salgo, no es que estoy todo el día metida en mi casa, pero mis salidas son "ir a la ruta" (no pienso decir cuál para que no entren a tirar coordenadas sobre donde vivo y salte alguno a decirme pioja resucitada como ya me hicieron una vez), ir a hacer puerta al colegio donde va mi hijo, ir a la verdulería, al super, a la farmacia. Mis redes sociales (má que Facebook) están compuestas por el jardinero, las maestras, las otras madres, las mucamas (ajenas) que veo en la plaza, las cajeras, los carniceros, alguna vecina que me cruzo 7:45, mi vieja y un par de humanos más. Cuestión que dado este escenario me visto para el orto. Lo que me genera tres situaciones que me estresan (vieron que es jodida la vida de ama de casa, tenemos preocupaciones importantes):

1) No me ubico contextualmente. Es decir, me creo que estoy bien, o al menos presentable. Entonces soy capaz de ir en calzas, ojotas, short o jogineta a zonas urbanas, como por ejemplo al médico que me toca el jueves y queda en Quintana y Callao. Me acaba de caer la ficha de que mínimamente debería esmerarme un poco.
2) Ante la inminencia de mi cumpleaños, algunas personas se hacen l@s bolud@s con los regalos de ropa (que son los más valorados por las mujeres) porque "ahora no vas a usar nada". Traducido: la próxima vez que mi vieja me diga que me va a comprar repasadores -así hago trapo esos mugrosos que tengo en casa -le voy a recordar cómo le dio por el reverendo forro de las bolas cuando su hermana le trajo (para su cumpleaños) una pava enlozada azul, horrorosa, con florcitas blancas.
3) A pesar de todo, la lógica de mi madre se autosustenta: ayer mi marido me preguntó que quería y me costó aprovechar la ocasión. Tras exprimirme los sesos pensando qué sería lo más útil y cerrar en un par de zapatillas divinas que serán el calzado diario para este invierno, me llamó mi hermana y cuando le conté me dice "ya sé! le pediste la máquina de pan!". Y la hija de re mil me dejó pensando en lo corta que estuve. Cómo carajo no le pedí la máquina de pan? me pueden explicar por favor?

viernes, 13 de marzo de 2009

Anoche no comí. Soy como los chicos: cualquier cambio en la rutina me altera el temperamento. Y como me entretuve con otras cosas se me hicieron las 11 de la noche, entonces, aprovechando que no tenía hambre, me fui a dormir directo. Hoy desayuné como siempre y después de dejar sendos niños en jardín vino a casa una amiga, de tanto que hablamos ni comimos tampoco porque se hicieron las 12 del mediodía de la nada y nos tuvimos que ir a buscarlos.
Bueno, toda esta perorata sirve de preámbulo para contar que en solamente 25 minutos, incluyendo tiempo de cocción, preparación, cortada de carne a hijo e ingesta del almuerzo (de ambos) me clavé 2 (o sea DOS) sandwiches de milanesa completos - con lechuga, tomate y mayonesa- tamaño baguetín. Además de lo expuesto reconozco que me dio por las bolas cuando mi hijo me dijo "quiero eso" ni bien le hinqué el diente al primero, por lo cual puteé como condenada cuando tuve que hacerme el segundo con 3/4 de flauta en vez de con una entera porque el pobrecito insistía con el "quiero pan" y como yo estaba muy entretenida pensando "esssta te voy a dar de MI sandwich" le corté un pedacito que, como corresponde, no comió.
Chau, me voy abajo. Me acabo de acordar que tengo un culito de helado en un telgopor. Nos vemos.

jueves, 12 de marzo de 2009

Hagas lo que hagas, las muy turras


siempre explotarán.

viernes, 6 de marzo de 2009

La conversación de todas las tardes:

Madre: Mañana adónde vamos?
Hijo: Al jardín.
Madre: Y Ramiro se queda, no? Con mamá o sin mamá?
Hijo (con sonrisa feliz llena de dientes y ojos achinados): SIN MAMAAAAA!!!
Madre: Y vas a llorar?
Hijo: No.

La realidad de todas las mañanas:

Hijo (prendido a la pierna de la madre): No, mamá, noooooo!!!!!!!!
Madre: dale, entrá. Ayer que dijimos?
Hijo (empacado tipo perro negándose a entrar a la veterinaria): Noooooo!!!
Madre: Chau
Hijo: NOOOOOOOO (y llora)

El reencuentro de todos los mediodías:

Hijo aparece con expresión en el rostro que va evolucionando de cara de orto a cara contenta a medida que trascurre la semana.
Madre: Y??? a que jugaste?
Hijo: A los bloques. Y tomé fubo y comí tita.
Madre: Y lloraste?
Hijo: No

Reconozco que me la rema como un campeón pobrecito.

martes, 3 de marzo de 2009

Vino el gas

Alguien sabe dónde venden braseros?

lunes, 2 de marzo de 2009

Yo recuerdo

Una época en la cual comprar toallas femeninas era fácil.

Eran todas más o menos el mismo bodoque que te hacían un culo para cuatro, venían en paquete de 20 y terminabas eligiendo por precio, capacidad de absorción o hasta a veces comodidad. Después vinieron las alas (sí señoritas, en 1984 cuando me vino mi primer asunto no existían las alas. Te las calzabas como podías y a la cancha). Después las empresas empezaron a hacerlas cada vez más finitas, incorporaron la tela permasec (o como cuernos se llame) y alcanzaron, a mi humilde pero experimentado entender, un status de casi perfección (si se puede llamar perfecto a estar indispuesta, y exceptuando obvio el uso de tampones que no es el tema de este post).

Hoy no. No puede ser que tenga que estar 20 minutos parada en una góndola estudiando producto por producto para no ensartarme como una imbécil. Primero: vienen en paquete de ocho. Díganme una cosa: a qué mujer le alcanza con 8 miserables toallitas de mierda? 8 por día tenés que usar! por favor! en qué mente perversa (la de algún hombre, seguro) se pergeñó que un "ECONOMY PACK" puede tener 16? No economizás un sorongo, porque tenés que comprarte por lo menos 2 paquetes, señores!. Segundo: las "Tanga". Que fémina en su sano juicio puede querer usar colaless con una toalla puesta? Si es alguna de ustedes por favor cuéntenme en que están pensando cuando las compran porque no entiendo la motivación. Tercero: las diferentes "telas" que las recubren. La única que se banca es la permasec. La otra es una porquería que solo sirve para que te confundas y agarres un paquete de algo que no vas a usar jamás.

Nada que ver, pero quiero dar una mención especial para las cajeras de mi supermercado amigo, que son las únicas que desagotan la fila en tiempo récord y encima te ayudan a embolsar la compra. Va para vos, vieja, que acabás de asentar una queja de "pésimo el servicio". Hacete de abajo y anda a algún Carrefour del conurbano, donde te cruzan el chango en el medio del pasillo, van familias de 12 integrantes a pasear y a comerse todo sin pagar y si te descuidás te afanan la bolsa en la caja.
 

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