martes, 31 de agosto de 2010

Santa Rosa de Lima

Estaba cocinando y el Ipod le regaló el playlist aleatorio más lindo que alguna vez hubiese podido armar sin ayuda. Su hijo jugaba solo y por un largo rato no le pidió nada. Terminaba un día despejado y ventoso, de esos que te hacen tener el pelo lindo, entonces pensó que no va a llover. Increíblemente, quince horas después, el aire empezó a cargarse, el cielo se puso negro y algún refucilo perdido avisó que quizás en breve se vendría el mundo abajo.
Y ahora llueve, se puso oscuro como si fueran las siete siendo las once y media y después volvió a aclarar. Y trabajando desde casa se puede tener el beneficio de dejarse puestas las mismas calzas con las que se fue al gimnasio a las 8 y media "total me baño a la noche" para aplastar el laborioso traste en una silla frente a la notebook estratégicamente ubicada en la cocina y, entre llamado y llamado, entre mail y mail, poner un total de cuatro lavarropas, batir récords en litros de mate, hacer comida para mediodía y noche - tratando de calcular de más así sobra un poco para mañana - leer de ojito un libro online, y tratar de acordarse de poner pausa cada tanto porque queda poco serio atender el teléfono con ciertas canciones de fondo. Ni con el centrifugado.

viernes, 13 de agosto de 2010

Esta mañana Carrie Bradshaw del subdesarrollo se levantó a las siete, no se peinó, se lavó los dientes, se puso un jogging y empezó, ante la plena indiferencia del marido, a luchar para que el hijo se levante. Bajó a la cocina, puso el agua para el mate (en la hornalla, porque la pava eléctrica gotea y a raíz de esto Carrie contrajo un repentino miedo a la electrocución) subió otra vez, siguió llamando al hijo, lo vistió semidormido, le pidió unas 22 veces que hiciera pis, lo obligó a tomar un Actimel, le puso la campera y lo llevó al colegio. Volvió, se hizo el mate, dos tostadas, puso la radio, desayunó, vio salir al marido que le dijo "chau", subió otra vez la escalera, hizo las camas, levantó toallas tiradas, acomodó un poco y dijo "me voy a vestir". En vez de subirse a unos Manolos se calzó unas botas de la temporada 2008, y como en Argentina Vera Wang no existe se puso un sweater negro y un pantalón de outlet. Se maquilló un poco (lo lógico para las 9 AM), se acomodó el flequillo recién recortado que como todas sabemos tarda unos días en establecerse, agarró un abrigo y se subió a su poco glamoroso automóvil, se cagó de frío y volvió a la casa a buscar una bufanda. Llegó al microcentro, fue testigo involuntario de un pibe chorro intentando tirarse del techo de un edificio en pleno pasaje Carabelas, tuvo práctica de cabina, caminó ocho cuadras hasta una reunión de trabajo, salió, fue al Banelco, pasó por Farmacity y mientras iba rumbo al estacionamiento se metió en un quiosco para aprovisionarse. Porque así como en Sex&the City van por la calle comiendo cupcakes de Magnolia Bakery con el vaso de Starbucks en la otra mano, Carrie sudaca no quiso ser menos y se compró un Nescafé, un sandwich de triángulo y un huevo Kinder para el niño, y ahí sí, mientras el viento del Obelisco le pegaba de frente, cruzó la 9 de Julio con su bolsita de homeless, dándole sorbos al café y sintiéndose en la gloria.

domingo, 1 de agosto de 2010

Antes dormía como un ladrillo, profundo, inmóvil y de corrido. Ahora me despierto de nada y me desvelo fácil, me muevo todo el tiempo y sueño cosas raras. Se me tapa la nariz de madrugada y no puedo soportar no tener a mano las gotitas: necesito estirar el brazo y saber que están ahí, en el cajón, y encontrarlas sin prender la luz. No sabés el ruido que hago cuando me las pongo. Me gusta acostarme feeling drowsy y a veces tomo alguna cosita para provocar la sensación. Si no me lavo el pelo cada 24 horas exactas me siento fea. Me gusta bañarme de noche, no puedo meterme en la cama con toda la carga del día. No soporto que coman en mi cama (por más que sea suya también) ni que osen apoyar zapatos sobre ella. Menos que menos que se acuesten vestidos y se tapen. La cama King te aleja de tu pareja. La convivencia es pesada y es mágica, mirá vos, que no vivís conmigo. No tenés forma de saber tantas cosas sobre mí. Si me ves a la mañana, en pijama, con el buzo turquesa y los guantes de goma sencillamente te morís (de la risa o del susto). Si la tele sintonizara solo TCM podría soportarlo tranquilamente. En casa si estoy sola siempre hay música. Ah y en el auto también, encima canto mucho, pero cuando llevo gente me da cosa que piensen que estoy loca, aunque los que miran desde afuera no me importan, que se curtan, a mí me hace bien cantar. Y a veces pienso, me llueven ideas y cosas mientras manejo. O mientras me ducho. Y a veces me olvido. Y capaz que estaban buenas las cosas que pensé. Eso me da como bronca, si tuviera un grabador las grabaría. Soy madre culposa aunque no parezca. Hija culposa un poco, cada vez menos. Esposa culposa no, por motivos que no vienen al caso explicar ante tanta gente. A veces tengo miedo de terminar como Nurse Jackie. Nunca te lo dije?
 

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